la lista estuve marcada principalmente por "Pan", su último disco, y casi una declaración de principios a su edad, matizado por temas de todas sus épocas: desde Durazno sangrante, Un viento Celeste, y Laura va, hasta El enemigo, y Viviendo sin tu amor. merece una mención especial la versióm de Las cosas tienen movimiento, y el cuelgue de Dale luz al Instante (uno de los mejores temas de la úlyima placa).
Sobre la banda qué se puede decir. Si tocan con Luis Alberto por algo debe ser. Quedó en claro el minimalismo solidario de Verdinelli en batería, y confirmado el talento de Cardone en teclados (incluso hubo un instrumental promediando el recital, todo un espaldarazo por parte de Spinetta), uno de los mejores de la escena actual, junto con Andres Beewsaert (gusto propio). Quien sí merece una mención es Neri Nicotra, la bajista. Probablemente por ser el instrumento que intento tocar, y el sonido que amo, es a quien más le presté atención. Puso su talento al servicio de la banda, y no pifió una nota en toda la noche, aportando ese sonido gordo, jazzero, que tan bien le queda a esas canciones (si es que no es una falta de respeto llamarlas así). Ayudada, también es cierto, por su presencia magnética en el escenario, seductora, inquietante y encantadoramente perturbadora.
La banda tocó durante dos horas increíblemente llevaderas, quedemuestran la vigencia que tiene como artista el "Flaco", quien marcó con sus comentarios el tempo del recital. Cuando todo se ponía demasiado solemne, surgían comentarios oportunos acerca de fugazzetas o lo que fuere (del mismo modo que todavía sigue marcando con el talón el tempo de las canciones). Quizás eso sea tema de otro posteo. Me refiero a la relación del artista con su público, si la gente que lo sigue realmente lo entiende, y es quien le gustaría que lo siga. Digo esto porque un gran porcentaje de gente era esa mezcla bastante odiosa de snobs palermitanos con seguidores obsecuentes, complacientes 100%, que desentonaban bastante en un recital que se prestaba más para la sonrisa cómplice que para el grito desbocado o la foto a repetición con celular (por favor, déjenlos para los recitales de Cerati). De todos modos, lo que queda en claro es que siempre es necesaria una cuota de belleza en medio del pantano diario para poder seguir. Y la fórmula exquisita, como un alquimista de los sonidos, la tiene Luis Alberto Spinetta.
1 comentario:
Gracias por la poesía flaco. A los dos.
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