miércoles

Ataque sentimentaloide

la verdad es que nunca me había puesto a escribir pura y exclusivamente acerca de mi viejo. No se si por evitar amargarme o por simple vagancia, pero este fin de mes tal vez me haya agarrado particularmente melancólico.
Cuando uno lee entrevistas o mira alguna película encuentra distintas clases de respuestas acerca de la carencia de un ser verdaderamente querido. Así encontramos desde respuestas intelectuales ("extraño esas largas charlas acerca de literatura rusa del siglo XVIII"), pasando por la respuesta afectuosa-cursi (""sus cálidos abrazos"), hasta llegar a la cotidianeidad cruda ("su mal humor al levantarse de la siesta").
Supongo que lo que más extraño de mi viejo es su presencia. No es que haya tenido una mala relación, ni que sea un tipo puramente materialista. Sino que extraño simplemente su presencia, el hecho de que esté ahí, y de saber que está ahí, con todo lo que eso significa; lo que representa el hecho de contar con él, de tener esa seguridad que ya no está.
Creo que lamentablemente sólo tomamos conciencia de lo que significa alguien para nosotros cuando no está más, lo cual no quiere decir que no lo querramos cuando lo tenemos con nosotros, sino que mientras están, sólo en momentos muy fugaces entendemos loque representan, y cuando no están, su ausencia magnifica nuestro cariño, y nos golpea en la cara como el primer frío de la mañana.

C´est la vie

Recién termino de ver la final de la Champion League entre Barcelon y Arsenal, y la primer sensación que me queda es un dejo amargo en la boca. La verdad es que son dos de mis equipos de fútbol favoritos, así que cualquiera que fuera a ganar me quedaba bien, pero después de ver el partido, y considerando lo amarrete que fue el Barcelona con un hombre más, prefería que ganara Arsenal. Además, hubiera sido un premio para un equipo fabuloso de jugadores exquisitos que muy probablemente no vuelvan a estar juntos, como Bergkamp, Henry, Pirés, etc. Además, hubiera sido la frutilla del postre para un entrenador que trabaja a criterio y conciencia, cmo Arsene Wenger, un tipo que, no puedo evitarlo, me recuerda a Marcelo Bielsa, otro esteta del fútbol. Lamentablemente, esta vez los millones que compran talento vencieron a un equipo exquisito.

P.D.: muchos lo tildaron a Riquelme de pecho frío por haber errado el penal en la semifinal. Espero que esos mismos critiquen a Ronaldinho, que hoy fue un verdadero espectro que vagaba por la cancha, y que fue ampliamente superado en cuanto a rendimiento por Larsson e Iniesta.

martes

Fucking parciales

Epoca de parciales. Tiempo que todo estudiante quiere evitar, y nunca puede (a menos que haya perdido esa condición). Si uno tiene la suerte de ser medianamente organizado, y va preparando con antelación los apuntes, mucho mejor. Sino, de todos modos terminará estudiando todo en los últimos dos días.
Cuando falta un tiempo prudencial para un parcial, uno empieza a sacar cuentas del tipo: "bueno, si estudio tres hojas de esta materia por día, dos de esta y cuatro de aquella, llego tranquilo". Proyecciones que uno nunca cumple, y termina inyectándose cafeína la noche anterior al parcial para poder llegar, al tiempo que pensamos: "bueno, si estudio un tomo de cada materia por hora llego tranquilo".
Otro momento terrible es la agonía previa al parcial, cuando uno está comiendo, mirando televisión, haciendo sus necesidades, todo mientars piensa: "soy un boludo, tendría que estar estudiando".
Personalmente, lo que más detesto es la noche previa al parcial, cuando intento prolongar lo más posible el momento de apagar la luz y tener que "dormir". Uno busca leer algo como para distenderse un poco, y en su desesperación termina encontrando apasionante un volante de tenedor libre (y leyendo hasta los teléfonos inútiles). Lo más feo es cuando finalmente uno apaga la luz, sabiendo que cuando despierte, necesariamente será paa repasar e ir a rendir el parcial. En mi caso, masoquista como soy, encontré un método, engañándome a mí mismo: pongo el despertador un par de horas antes de la hora real a la que tengo que despertarme, sólo para despabilarme un poco mientars pienso que tengo que levantarme, preparar el despertador a la hora señalada, y caer groggie sobre la almohada con la intención que el rato que falta sea eterno. Esa tal vez sea la cuestión más extraña que tengan los parciales: alterar el tiempo, instantes eternos y semanas efímeras.