jueves

Malditos Boquenses

Lunes, 8am. Me dirijo a la facultad, con el ánimo desecho. No solo por el hecho de ser el lunes, y tan temprano, lo cual de por sí es lo suficientemente deprimente. Sino que, como buen futbolero, los resultados de mi equipo condicionan el comienzo de la semana, especialmente los primeros momentos. Podría decirse que esa especie de memoria selectiva es una consecuencia lógica de mi condición de veneno sanlorencista, ya que sino viviría en un perpetuo mal humor (bueno, tal vez lo tenga de todos modos). La cuestíón es que voy a cursar Derecho Comercial a esa hora (materia entretenida si las hay como para empezar la semana). Pero como tenemos un profesor muy histriónico, de la hora y media que dura la hora cátedra, hora veinticinco se van entre comentarios futbolísticos, la historia del básquet marplatense, o anécdotas académicas de lo más variado. del Derecho Comercial, sólo el nombre. Y entre los comentarios deportivos, no podía pasar desapercibido el 7 a 1. Al profesor se le ocurre preguntar quién era hincha de San Lorenzo, y no se si movido por mi naturaleza masoquista, o por algún programa de El Aguante que me fermentó, levanté mi solitaria mano por encima del mar de lagañas de la mañana. Automáticamente, me vi sumergido en una andanada de cargadas, que tuvo su pico máximo en el minuto a minuto de la facultad, cuando una manifestación que pasaba frente a la Municipalidad lanzó una bomba de estruendo, y el profesor (curiosa mezcla de Laiseca con Caparrós, matizado con James III) acotó: "se acaba de suicidar el otro hincha de San Lorenzo". Moraleja: aplicando esa máxima de las nuevas generaciones, para las cuales sólo se existe cuando se aparece en televisión, un papelón deportivo queda homologado cuando la cargada llega hasta los recintos académicos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo peor va a ser bancarse las tan creativas cargadas de los boquenses!