Mi intención era ver a Patti Smith, quien por lógica iba a tocar en la fecha de los Yeah Yeah Yeahs, pero al separarse las fechas, y ante un parcial traicionero, tuve que quedarme con la fecha del sábado.
Como es normal en estos festivales, una decena de bandas oficiaron de teloneras, diseminadas por diversas carpas. Entre lo mejorcito estuvo la telefónica Hana y El mató a un ciclista motorizado, quienes comenzaron sus shows ante la indiferencia del público, al que terminaron ganándose.
21:45hs apareció la entrada, con TV on the radio, banda de la que, honestamente, solo había escuchado un par de canciones en el programa de Rosso. Con un sonido compacto, y una marcada fibra rockera (sonaron de forma mucho más vigorosa que en su último disco) demostraron por qué son la "gran cosa nueva". Con un cantante carismático y comprador (su voz es el licuado perfecto entre James Brown y Joey Ramone) y un guitarrista que con su afro hipnótico (tenía mucho freeze) disparaba distorsiones à la Sonic Youth, recordaron un poco a los MC5, demostrando por qué el rock mezclado con la música de origen nuegro es tan irresistible.
Mención aparte merece la apatía de gran parte del público, compuesto por mayoría de niños que, al dejar Sacoa de ser cool y tener con carga su celular con máquina de milkshake incluída, probaron yendo al recital. Por consiguiente, estaban más interesados en conseguir mayonesa para las hamburguesas que ávidos de escuchar algo verdaderamente "nuevo".
A22:45hs, plato principal con los Yeah Yeah Yeahs, quienes también vinieron a presentar su nuevo disco. Vestida con un traje mezcla de catsuit y juglar, Karen O demostró que es una verdadera show-woman, manjando a la perfección los tiempos del recital (desde el frenético "Pin", hasta una versión intimista de "Maps") mientras se retorcía en movimientos casi epilépticos. El sonido, verdaderamente impecable (pese a que en ese momento ya contaba con una sordera considerable, por estar pegado a la pared de amplificadores del bombo), transmitía a la perfección el espíritu revulsivo de la banda. Una hora y diez minutos de puro rock primal, sazonado con pequeñas charlas ("this is the best show of the year"), movía al más duro (en todo sentido). Al final, los tres saludaron sentidamente, en especial el baterista (por Dios! hay gente más nerd que uno!), quien por supuesto, ofrendó sus palitos chinos al público.
-Pequeño receso para comer algo, caminar por el parque, y despegarme las vallas de las costillas-
23:45: sirven el postre, con Daft Punk, pero como soy diabético, no como (chiste idiota). La verdad es que nunca entendí demasiado ese tipo de música "de licuadoras" (Pappo dixit), así que no voy a explayarme. Solo decir que hicieron un buen enganchadito de sus hits al principio, y que tuvieron la mejor puesta en escena de la noche.
24:15: como sobremesa, en la carpa de una conocida marca de celulares (infaltable) tocaban paradójicamente Amadou&Mariam, dos músicos "apadrinados" por Manu Chao, que hacían una mezcla imbatible de rock y música tribal. Show furibundo, sólido, abundante en zapadas gloriosas. Ayudaba el hecho de que no quedaba casi nadie en la carpa, ya que la mayoría estaba saltando frenéticamente con el duo de dance francés, lo cual permitió que los pocos que quedamos en la carpa disfrutáramos tranquilos un show que era para ver distendido. En lo personal, grata sorpresa.
Luego vinieron una sucesión de bandas (Doris, con su noise; Brian Storming, con su música instrumental de película clase B) que acompañaban pero no aportaban. A eso de las dos y media, las piernas empezaban a traicionarme y ante la imposibilidad de encontrar medio metro cuadrado de pasto limpio para sentarme, emprendí la retirada, pensando en curarme el empacho de música. Al menos me fui tranquilo, pensando que de vez en cuando salen buenas bandas nuevas.
1 comentario:
Recomiendo Trampin´, de Patti Smith. No es punk, pero toca copn más sentimiento que los punkies.
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