"Jugué campeonatos/nunca fui campeón/soy el wing derecho que nunca perdió la ilusión/y corrió hasta que no hubo más cancha"
martes
La corrupción es violencia
Desde aquí, nuestro humilde apoyo a Massimo Tartaglia, nuevo paladín de la justicia urbana, terror de los artesanos milanistas, y crédito de Italia en lanzamiento de bala para los próximos Juegos Olímpicos, quien asestó una réplica del Duomo (a escala, obvio) en pleno rostro de Silvio I, provocando que en pocos minutos Berlusconi pasara de ser un semental italiano pro-viagra, tapa de Rolling Stone, a este simple viejito con cara de asustado. Forza Massimo!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
deberíamos reivindicar estos vengadores urbanos. a mi me hizo acordar al pibe que hizo tropezar al viejito Alemann. Parecía querervolver al geriátrico de los gorilitas! Pobrechito el fachito!
Publicar un comentario