Bueno, antes que nada, como se habraán enterado por la lista de mails, tuvimos que cambiar la dirección del blog, porque no se qué cuernos pasó que no podemos ingresar en ninguna de las anteriores. Hecha esta pequeña salvedad, quería referirme como espectador de televisión a lo que pasó con "indomables", cosa que es de conocimiento público. Si bien uno no deja de enetender que todo esto es un negocio y que siempre priman los intereses (e todo tipo), no deja de sorprenderme la falta de consideración con el público que tuvieron al casi forzar a levantar lo sprogramas (tanto TVR como Indomables), dejándonos sin dsod e los pocos programas que realmente nos gustaba ver en la tele, aunque sobre todo en el caso del segundo, ya trascendía lo que es un mero "programa de televisión", para convertirse en esa categoría indefinida de "programa de culto". Al parecer, por lo que me pude enterar, todo comenzó el domingo con una edición asesina de TVR ( a manos de Rolando "ayahuasca" Graña), en la que omitían torpemente todos los comentarios de Pontaquarto, ex funcionarto público supuestamente arrepentido (qué iba a decir de nuevo que no hubiera dicho ya?), y terminó desencadenando la salida de ambos programas de la grilla de América, canal que aún durante la gestión del poco claro Avila, había dado acabadas muestras de una lucidez mínima como para permitir una apertura de criterios periodísticos que hacían convivir programas tan disímiles como Puntodoc, Día D, La Cornisa y Mauro Viale, y que con la llegada de los nefastos de Narváez, Moneta y "colita" Manzano, se tiñói de un autoritarismo absurdo (como siempre suele serlo) que con una completa ceguera mental no permitía el mínimo disenso. Todo esto me recordó un poco a otro gran programa (sobre todo al principio), como Los expedientes X, cuando uno de sus personajes, El Hombre Cancerígeno, solía decir que no tenía sentido matar a una persona para transformar la cruzada de un sólo hombre en una religión, cosa que se aplica perfectamente a este caso.
No dejo de sorprenderme, de todos modos, del poco eco que tuvo en el ámbito televisivo un hecho como éste (pese a los intereses que debe haber en juego, no deja de ser recalcable lo de Susana Giménez, Mirtha y Guinzburg, quienes les cedieron lugar), que atenta claramente contra la libertad de expresión, y se constituye en una prueba más de lo que dede el mismo Indomables se deslizó más de una vez: esto es, la falta de libertad para los programas que no mostraran claras muestras de sumisión K. Lo más grave es que esto constituye un antecedente más de la presión de los gobiernos en democracia contra los medios de comunicación. De todos modos hay una diferencia: antes te pegaban un tiro, ahora te mandan al cable. Hasta la Victoria Secret!
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