Como por distintas cuestiones laborales ya me es casi imposible escuchar mi programa de radio de cabecera (La casa del rock naciente), me dedico a devorar cuanta revista de música llega a mis manos. Es así que haciendo las compras navideñas me encuentro con una edición de Inrockuptibles con Jarvis Cocker en la tapa (pocas revistas pueden jactarse de poner a tipos tan lúcidos en la tapa). Ssuscribiéndose, uno conseguía como bonificación un disco de PJ Harvey con John Peel y el libro de Lola Copacabana (justlola.blogspot.com). Como esa clase de discos son verdaderamente complicados de conseguir en Mar del Plata, pese a que es una ciudad, y especialmente en verano se llena de cultura (El champán las pone mimosas!), terminé suscribiéndome. Es así que finalmente terminé leyendo mi primer blog trasladado al papel.
Todo esto viene a cuenta de una discusión que circula en varios blogs/revistas, acerca de si ésta avalancha de bitácoras publicadas en formato tradicional de libro finalmente son o no literatura. Si bien durante años uno está más acostumbrado a leer cosas en papel, sea por cuestiones académicas o por puro placer, al terminar de leer Buena leche (lola Copacabana), a uno le queda la sensación de que extirparon el texto de su hábitat natural, o sea la red. Es justamente allí donde mejor funciona esta clase de textos, con la repentización y la frescura de la página escrita de un tirón, con todos sus pros y sus contras. Y si es allí donde mejor funcionan, es especialmente porque funcionan con un lenguaje intermedio entre lo tradicional y lo supuestamente moderno que nos inculcó internet. Entonces, uno como navegante, cansado de ver siempre las mismas páginas que nos bombardean con propagandas y una sucesión de carteles de colores fluorescentemente ochentosos, al encontar una página que sea simplemente texto y algunas fotos, siente una inyección de aire fresco en los pulmones.
Queda pendiente el debate de qué es la literatura, palabra que se utiliza para abarcar autores tan disímiles como Proust y Coehlo. Lo que los une es la voluntad de comunicarse con el lector, utilizando como nexo común el texto. Y en los blogs (éste incluído) solo en pequeños pasajes uno encuentra "literatura tradicional", entendiendo ésta como una voz verdaderamente original y depurada; por lo gneral los posteos se asemejan más a una flatulencia intelectual que a "La náusea". En definitiva, lo que define que algo "sea literatura" no es la forma, sino el contenido.
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