No voy a escriibr demasiado acerca de la destitución de Ibarra (a la que me opuse en todo momento) porque creo que quien lea asiduamente este blog ya sabrá claramente mi posición. Lo único que voy a decir es que lamento lo que este resultado supone: la eliminación de una posible autocrítica general. Cuestionamientos que nos lleven a pensar si en parte no contribuímos con que todo esto sucediera con nuestro accionar diario. Supongo que seguiremos coimeando a los de Tránsito, entre otras tantas cosas, hasta los próximos 194.
P.D.: no es un poco raro que al día siguiente a la destitución de Ibarra comenzó a sonar con mucha más frecuencia Callejeros por la radio?
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