Para cualquier televidente promedio, es imposible evitar los cortes publicitarios en los cuales nos disparan publicidades a repetición, provocando un efecto lobotomizante similar a Bailando por un Sueño. Suele decirse que los publicitarios argentinos están dentro del primer mundo. El problema es que, al menos aquí, su destinatario es público del tercer mundo. Luego de un análisis concienzudo de las tandas publicitarias, surgieron las siguientes inquietudes: -No es genial cómo Malnatti, otrora periodista acosador de políticos devino en activista (de ciruela) pro yogurt?
-La gente no sospecha que los médicos que aparecen en las propagandas, probablemente sean pagados por las empresas que publicitan sus productos?
-Luego de ver la última propaganda de Activia, esa donde la chica desinfla el globo, recorrí diversas librerías en busca de "200 analogías para no mencionar la palabra constipado". Me dijeron que estaba en camino, pero había tránsito lento (elemental).
-La parrilla George Foreman, es propiedad del grandioso ex campeón del mundo que peleó hasta una edad en la que en vez de protector bucal se colocaba los dientes?
-La gente que compra el slender shaper (suerte de vibrador que desarrolla los abdominales), no sospechó que probablemente los modelos de la publicidad no utilizaran este producto para tener ese cuerpo de fisicoculturista, sino que fueron al gimnasio?
-Por un error corporativo, Philips produjo 1000% más de jarras para procesar frutas? O todo el mundo desayuna jugo de zanahoria procesado y no me enteré?
-Cómo es que la Iglesia, con su mentalidad troglodita siempre opositora a cualquier campaña que promueva el uso del preservativo no se pronuncia sobre la publicidad que reza "mandá DIOS al 222"? Será el celular de Dios del que tanto hacía alarde Bianchi?
-Mención especial para la campaña de Sedal sobre los siete especialistasdel pelo, suerte de Liga de la Justicia del secador y la crema de enjuague. Ahora, no es extraño que la "Especialista en alizado" sea japonesa? Alguien vio un japonés con afro?
1 comentario:
Genial.
No olvidar las vaquitas jet set en tres dimensiones de la propaganda de la heladería del kilo a 52 pesitos. En especial cómo se sonrojan cuando un camión lleno de toros morochitos en viaje a, tal vez, el matadero, las piropea al grito de 'Me gustaría ser cencerro, para colgarme de ese cuello'. Las vaquitas, tímidas como colegialas, siguen con su rutina de gym, como si nada. El ideal de toda 'chica jersey'... matarse en el gimnasio mientras los hombres trabajan para mantenerlas. ¡God save the vaquita munchi´s!
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